“Usted no me conoce pero en su labor va tocando tantas almas que sería inevitable la idea de adeptos colaterales. Me sumo con muchísimo gusto a la lista de personas agradecidas por la sonrisa de amigos y familiares que aún nos acompañan… que decidieron vivir y que ahora lo hacen con la conciencia abierta. Un abrazo enorme, que la siembra continúe hasta donde la sabiduría y la paciencia le alcance (ojalá por todo el tiempo que permanezca en este plano, tan terrestre, variopinto y fugaz)”