La Psiconeuroinmunología está destinada a convertirse en un punto de encuentro entre la ciencia y la cultura popular.
La PNI debe hacer posible que la ciencia escéptica, esa que afirma que un hecho no es real a menos que pueda ser observado, documentado, medido y entendido, pueda acercarse a la persona que se siente enferma o tiene un dolor y sabe desde su corazón que lo que está sintiendo es real, aún cuando las evidencias clínicas no ofrezcan un diagnóstico.
La forma como la Psiconeuroinmunología puede cumplir la difícil tarea de acercar la ciencia y la cultura popular es… Convenciendo a ambos lados del punto de vista del otro.
Reconociendo la importancia que tiene para los científicos la observación experimental, desde todos los ámbitos de estudios, y entendiendo que esta es la vía que nos puede llevar a una definición más fina y detallada de la complicada red de conexiones entre el sistema inmune y el sistema nervioso.
Aceptando además, que es a través del conocimiento que pueden ser develados los intrincados mecanismos de la enfermedad, lo que abre nuevas vías para el desarrollo de tratamientos que faciliten la curación de ciertas enfermedades.
Parte del futuro dentro del campo de la Psiconeuroinmunología, incluye identificar qué componentes de la respuesta fisiológica se pueden modificar mediante el aprendizaje de nuevas técnicas de afrontamiento del estrés, y cuales no pueden ser modificadas, a menos que sea a través de una intervención médica.
Los nuevos estudios que se realicen desde el campo de la PNI pudieran permitir identificar cuáles comportamientos y respuestas fisiológicas, que se activan en la persona al enfrentar situaciones estresantes, son heredadas y cuales son aprendidas. Incluso, hasta podrían identificarse aquellos que aparezcan en épocas tan tempranas como la gestación y los primeros años de vida.
Por lo que esperamos que en un futuro no muy lejano, tras juntar todas las piezas de este rompecabezas, sea posible determinar las consecuencias emocionales que pueden ser cambiadas, con intervenciones basadas en el aprendizaje.
Si los médicos y otros profesionales de la salud, logran comprender bien los componentes activos de las prácticas de relajación, pueden ayudar mejor a sus pacientes a escoger las herramientas que les resulten útiles para incluirlas en su cofre terapéutico.
Si estas prácticas y herramientas, se hacen además con la aceptación plena del profesional de la salud, de acuerdo a lo que nos informa la Psiconeuroinmunología, el tratamiento tendrá un efecto mas positivo en el proceso de recuperación de esa persona.
Dra. Marianela Castés