Una mente que divaga es una mente infeliz

Un viaje constante entre el pasado y el futuro

Los seres humanos pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, contemplando eventos que ocurrieron en el pasado o anticipando hechos que pueden ocurrir en el futuro, e incluso que no ocurrirán nunca.

Por supuesto, esta práctica de la mente de los seres humanos ha representado un avance evolutivo sumamente importante, ya que gracias a esta habilidad podemos aprender, razonar y planificar. Sin embargo, poco se conoce sobre el costo emocional que tiene para las personas esta forma de actuar de la mente humana.

Muchos filósofos, y distintas religiones han planteado que la felicidad se encuentra en el momento presente.

El título que he adoptado para este texto es el de un trabajo de investigación publicado en la revista Science. En dicho trabajo, los investigadores Matthew Killingsworth y Daniel Gilbert, condujeron una serie de experimentos de laboratorio para evaluar las consecuencias emocionales de este divagar de la mente en la vida diaria de las personas.

El experimento:

A este efecto, desarrollaron una aplicación que les permitió evaluar a 2250 adultos, con una edad media de 34 años y averiguar sobre cuán a menudo la mente de la persona divaga, sobre qué tópicos divaga y cómo este divagar de la mente afecta su felicidad.

¿Qué encotraron?

Primero, la mente de las personas divaga frecuentemente (46.9%) independientemente de la actividad que se esté realizando (excepto cuando hacemos el amor).

Segundo, un análisis de regresión reveló que las personas eran menos felices cuando la mente divagaba, que cuando se concentraban en el momento presente, independientemente del tópico sobre el que se divagaba.

Aunque un 42% de las mentes divagaba sobre tópicos agradables comparado con sólo 26.5% concentrados en tópicos desagradables y 31% en tópicos neutrales, no eran más felices que cuando su mente estaba enfocada en lo que estaban haciendo.

Tercero, lo que las personas estaban pensando era más importante que la actividad que realizaban.

La conclusión:

La conclusión general de este trabajo es que la mente humana es una mente que divaga y que una mente que divaga es una mente infeliz. La habilidad de pensar acerca de lo que nos está ocurriendo es un logro cognitivo pero que tiene un enorme coste emocional.

Hoy en día existen múltiples herramientas que nos permiten entrenar la mente para permanecer el mayor tiempo posible en el momento presente, con una atención concentrada en lo que estamos haciendo.

Una de estas técnicas es la meditación con atención plena, la cual ha venido siendo evaluada en varios centros de investigación del mundo, y ha demostrado beneficios a nivel biológico, psicológico, emocional y social.

El Dr. Jon Kabat-Zinn de la Universidad de Massachusetts en Boston, pionero del estudio de esta técnica en occidente, define la meditación con atención plena o “mindfulness», como: “la consciencia que emerge al prestar atención a propósito, en el momento presente, y sin juzgar a la experiencia, momento a momento”.

Empoderarnos de este conocimiento sobre la relación entre el divagar de la mente y la felicidad y poner en práctica una atención plena en el momento presente, a través de la meditación “mindfulness”, nos permitirá ser más felices y por ende gozar de una mejor salud.

Los tiempos de crisis son los más apropiados para dar saltos evolutivos personales y movernos a otros espacios de aprendizaje que aporten mayor armonía y felicidad a nuestras vidas.

Referencias:

A wandering mind is an unhappy mind. Killingsworth, M. and Gilbert, T Vol 330, 932, 2010. http://www.sciencemag.org.

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